“Conocer al Único Dios Verdadero, honrarle y obedecerle, y darle a conocer.”
¿Cuál es la base bíblica de nuestro ministerio a los musulmanes?
Los judíos en el tiempo de Pablo no creían en Jesús como el Hijo de Dios, ni creían en la triunidad del único Dios verdadero. Tampoco creían que Jesús murió para pagar la pena de sus pecados, ni que resucitó de entre los muertos. Ellos intentaban ganar la salvación por guardar la Ley. Tenían muchas tradiciones que no se basaban en la palabra de Dios, pero aun así Pablo no rehusó entrar y participar en sus sinagogas. La comunidad judía en tiempos de Pablo era muy parecida a la comunidad de musulmanes de hoy.
Los que no tienen un trasfondo musulmán no pueden asumir una identidad musulmana. Por eso, sólo pueden apoyar a creyentes con un trasfondo musulmán en levantar movimientos “insider”. Únicamente creyentes con trasfondo musulmán que no han sido extraídos de su comunidad podrán llevar a cabo este tipo de ministerio.
Movimientos “insider” (“desde adentro”) socio-religiosos normalmente tendrán una naturaleza transitoria (aunque no siempre), ya que en algún momento serán excluídos de la comunidad no creyente, igual que los creyentes judíos en el tiempo de Pablo. Dios mediante, al pasar eso, podrán retener muchas amistades y mantener una identidad positiva. La expresión de “iglesia” para estos creyentes normalmente tomará la forma de una “iglesia en casa”. Ora con nosotros que Dios levante esos movimientos en todo el mundo islámico (Efesios 2:19-22; Hech. 2:42; 5:42; 6:7; 11:19-26; 13:1-3; 14:21- 23; 15:1-41; 20:20; 28:17-31; 1 Timoteo 4:13; Tito 1:5; Hebreos 13:7,17).
Los siguientes pasajes ilustran el enfoque “insider” de Pablo. Hemos incluído observaciones de algunos comentaristas quienes reflexionan sobre este enfoque del Apóstol en su ministerio.
Hech. 17:1-2, 17:17
- Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, según su costumbre, fue a ellos… Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los gentiles temerosos de Dios, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes.
- John Gill “A los judíos en su sinagoga – aunque los judíos habían rechazado a Cristo, y el Apóstol había lanzado su ministerio a los gentiles; Pablo todavía mantuvo un gran afecto por sus compatriotas, los judíos; y cuantas veces que se le presentó la oportunidad, asistió a sus sinagogas con el fin de predicar el evangelio a ellos.”
Hech. 21:20-24 20
- Ellos, cuando lo oyeron, glorificaban a Dios y le dijeron: “Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la Ley (Mosaica). 21 Se les ha contado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones. 22 Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá, pues oirán que has venido. 23 “Por tanto, haz esto que te decimos. Tenemos cuatro hombres que han hecho un voto; 24 tómalos y purifícate junto con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza. Así todos sabrán que no hay nada cierto en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives (andas) ordenadamente, guardando la Ley.
- Stanley D. Toussaint Cuando los líderes de la iglesia en Jerusalén escucharon del ministerio de Pablo entre los gentiles, alabaron a Dios. Sin duda dieron gracias a Dios, también, por la ofrenda que los gentiles habían enviado a los judíos creyentes de Jerusalén (ver comentarios sobre vs. 12-14). Mientras que hubo regocijo al oír el reporte de Pablo, a la vez hubo inquietud sobre la reputación de Pablo entre los judíos creyentes que eran celosos por la ley. Habían salido rumores falsos acerca de Pablo. Era cierto que Pablo había enseñado a los gentiles que no tenían ninguna obligación de circuncidar a sus hijos, y no les había instruído en las costumbres judías. Sin embargo, Pablo nunca enseñó a los judíos que no debían circuncidar a sus hijos ni hacer caso omiso a las costumbres judías.
- John MacArthur Algunos judíos creyentes continuaron observando los aspectos ceremoniales de la Ley Mosaica. Pero en contraste con los judaizadores (ve la nota en 15:1), no consideraron que la ley era un medio para salvarse. Los judaizadores estaban circulando rumores falsos de que Pablo enseñaba a los judíos creyentes a abandonar su trasfondo judío. Es obvio que Pablo no abandonó las costumbres judías porque circuncidó a Timoteo (16:1-3) y tomó un voto según la ley judía (18:18).
- Thomas L. Constable Habiendo regocijado los ancianos por el relato de Pablo de la conversión de los gentiles, también expresaron su gozo por los miles de judíos que habían creído, muchos de ellos en Jerusalén mismo. Los ancianos le explicaron a Pablo que algunos de los creyentes judíos tenían inquietudes en cuanto a su ministerio por lo que habían oído. Los rumores en la calle decían que Pablo no solo había enseñado a los gentiles creyentes que no tenían que circuncidarse ni guardar las costumbres judías, sino que había dicho a los judíos que no debían hacerlo tampoco. Esto no era la verdad. Pablo no enseñó que las costumbres judías eran malvadas, sino que no eran necesarias para la justificación y la santificación. 21:22–24 El plan de los ancianos era comprobar a los creyentes judíos (en Jerusalén, y a todos los judíos que estaban allí), que Pablo no había abandonado las costumbres judías. Por supuesto Pablo había dejado de creer y enseñar que la salvación se ganaba por guardar la Ley de Moisés. Él ya no practicaba el judaísmo en sí, pero no dejó de ser judío y respetar las prácticas culturales de los judíos (por ej. el voto del nazareo en Hech. 18:18).
1 Corintios 9:19-22
- Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a mayor número. A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos.
- John Gilchrist “¿Cuál es, entonces, el enfoque bíblico para alcanzar a los musulmanes según el ejemplo del Apóstol Pablo? Sencillamente es éste: así como él se hizo como judío a los judíos, cada uno de nosotros debe hacerse como musulmán a los musulmanes. Necesitamos descubrir las creencias de los musulmanes, su pensamiento acerca de la historia profética, su valoración de Jesucristo, y su percepción de la vida a través de su lente religiosa, para poder presentar el evangelio efectivamente, tomando en cuenta el trasfondo de ellos.”
- Thomas L. Constable “Era la práctica del Apóstol guardar las costumbres judías cuando se encontraba en compañía de judíos. Lo hizo para que estuvieran más receptivos a él y a su mensaje, en vez de provocar antagonismo innecesario (Hech. 21:20-26). No lo hizo porque sentía una obligación de guardar la Ley Mosaica. Tampoco sucumbió a la presión de conformar (Romanos 6:14). Su propósito en guardar las leyes y costumbres judías fue la salvación de los judíos. Muchas de esas leyes y costumbres tenían que ver con abstenerse de ciertas comidas (1 Corintios 8:13). Circuncidó a Timoteo en Listra con ese mismo propósito (Hech. 16:3).”
- John MacArthur “No saliendo de los límites de la palabra de Dios, ni de su conciencia como creyente, Pablo era tan culturalmente y socialmente judío como fuera necesario al compartir su fe con los judíos (Romanos 9:3; 10:1; 11:14). Puede ver, también, Hech. 16:3, 18:18, y 21:20-26.”
- David K. Lowery “Pablo tenía la costumbre al entrar en cada lugar de buscar la sinagoga (Hech. 17:2) para ganar a los judíos (Romanos 1:16)… Estaba dispuesto a someterse a los escrúpulos de los judíos (por ej. Hech. 21:23-36) con el fin de abrir puertas para poder compartir el evangelio y ganarles para Cristo. Pero nunca distorcionó la esencia del evangelio, que la salvación es por la fe, no por obras (Gálatas 2:16; Efesios 2:8-9) y guardó una libertad clara de todo tipo de legalismo (Gálatas 2:4-5).”
- Donald Tingle “Dios no insistió en que el mundo entrara en Su esfera para entenderle a Él; como creyentes en Cristo afirmamos que Dios entró en nuestra esfera para ayudarnos a conocerle a Él. “De igual manera, necesitamos tomar ese gran paso de entrar en la casa del Islam, como invitados, para que vean a Cristo. Es la única manera que el Evangelio podrá ser visto y apreciado verdaderamente entre los musulmanes.” (“Islam and Christianity” p. 28)
- Matthew Henry “Aunque él (Pablo) sabía que la ley ceremonial era un yugo que Cristo ya había quitado, en muchas ocasiones se sometió a esa ley para tocar el corazón de los judíos, desmantelar sus prejuicios, crear una oportunidad de compartir el evangelio, y ganarles para Cristo.”
- Adam Clarke “En Hech. 16:3, encontramos que circuncidó a Timoteo, en consideración a los judíos que no conocían a Cristo.” John Wesley “A los judíos me hice como judío – Conformándome en todo a su manera de pensar y vivir, en cuanto fuera posible con inocencia.”
- A.T. Robertson “(Pablo) Había sido liberado de la ley como el medio de la salvación, pero sabía cómo compartir con los judíos basado en sus creencias anteriores y su vida como uno de ellos (Gálatas 4:21). Él sabía cómo presentarles el evangelio sin transigencia y sin ofensa.
- John Gill “‘Y a los judíos me hice como judío’ – Eso es, religiosamente; o con respecto a ciertas prácticas de los judíos, él mismo siendo un judío por nacimiento; el cual se hizo como uno de ellos en cierto sentido, cuando en consideración a ellos circuncidó a Timoteo en Derbe (o en Listra), o cuando siguió los reglamentos de purificación en Jerusalén, o cuando se rapó la cabeza en Cencrea, o cuando observaba el Sábado, o cuando se abstuvo de comidas prohibidas por la ley; y su propósito no fue afirmar la obligación de cumplir con esos reglamentos, sino que lo hizo para ganar la confianza de ellos y poco a poco llevarlos de esas prácticas a la verdad, o, como él dice: para ganarles, guiarles a Cristo, y ayudarles a ya no depender de su propia justicia para su justificación delante de Dios.”
Gálatas 4:10-11
- Observáis los días, los meses, las estaciones y los años. Temo por vosotros, que quizá en vano he trabajado por vosotros.
- Thomas L. Constable “Pablo mismo observaba fiestas judías después de su conversión (1 Corintios 16:8; Hech. 20:16). Pero lo hizo voluntariamente, no para satisfacer reglamentos divinos. No guardaba todo eso porque Dios lo demandaba, sino porque todo ello fue parte de su trasfondo cultural. También lo hizo porque no quería poner piedras de tropiezo en el camino de los judíos que ponían su fe en Cristo (1 Corintios 9:19-23; Romanos 14:5-6). En otras palabras, lo hizo para poder evangelizar efectivamente, no para impresionar a Dios.”
Conclusiones
Pablo continuó asistiendo a las sinagogas después de confiar en Cristo, aunque los judíos que se congregaban allí no creían en Cristo como el Hijo de Dios, ni creían que murió por sus pecados, ni creían en la naturaleza trinitaria de Dios. Ellos buscaban ganar la salvación por guardar la Ley de Moisés (Romanos 9:31-32). Pablo amaba a los judíos y anhelaba su salvación (Romanos 10:1). Él estaba muy dispuesto a ir a ellos en su lugar de culto. Eligió convivir con ellos en el contexto de sus propias costumbres.
Jesucristo es el ejemplo supremo de cómo llevar a cabo un ministerio de encarnación (Filipenses 2:5-11; Juan 1:14; Hebreos 2:9-15 y 4:15). Queremos ayudar a levantar a creyentes en Cristo con trasfondo musulmán y encaminarles a imitar esta estrategia bíblica en comunidades musulmanas en todo el mundo hispano.